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Cumple 10 años una revolución para la música: el MP3

Nadie imaginaría que el abuelo del ultrafashion e hiperexitoso iPod fue un inmigrante humilde. Pero así fue, y ésta es su historia. 

En la edición de 1998 de la gran exposición alemana de tecnología CeBIT, una modesta compañía coreana, la Saehan Information Systems, dio a conocer el primer reproductor portátil de música MP3 de la historia, el MPMan F10 (que, al parecer, había sido desarrollado para Saehan por otra empresa, aún más modesta, de ese país).


Si bien algunos todavía creen que el primer MP3 fue el Rio PMP300, de la californiana Diamond Multimedia, lo cierto es que Saehan, que había nacido en 1973 como una minúscula subsidiaria de una empresa textil, dio a conocer en marzo su prototipo en la CeBIT y, habiendo cosechado mucho interés por parte del público, se atrevió a producirlo en serie y exportarlo a los Estados Unidos. Su fracaso fue categórico.


El futuro de ayer


Fracaso que se produjo menos por la promesa contenida en esta tecnología que por su implementación y comercialización. Porque la verdad es que la idea era fantástica, como lo probaría luego la historia: un reproductor de música digital portátil sin partes móviles. El heredero del
walkman .


Pero el problema con el MPMan F10 era que ofrecía sólo 32 megabytes de memoria, suficientes para almacenar escasas siete u ocho canciones (en MP3 a 128 bits). Su pantalla de cristal líquido gris recordaba a la de los relojes baratos y su carcasa de plástico no infundía confianza ni excitaba el sentido estético. Lo que es peor, para transferir música de la computadora al reproductor no se usaba el veloz puerto USB de ahora ni una conexión inalámbrica, sino la lenta conexión del printer.

Así que el MPMan F10 nunca llegó a popularizarse, y sólo con el más bonito Rio PMP300 hubo, por así decir, consecuencias. No sólo era más barato (200 dólares) y podía almacenar más música por medio de tarjetas de memoria, sino que tuvo la suerte de recibir una demanda judicial de la Asociación de Discográficas (RIAA, por sus siglas en inglés) en octubre de 1998. La demanda atrajo atención no sólo sobre el PMP300, que vendió mejor que el MPMan -aunque de todos modos no llegó a popularizarse-, sino también sobre el negocio de los reproductores de música digital portátiles; esos que hoy llamamos "los MP3".

Un negocio que desde 2001 tiene como ícono indiscutible a Apple, con su obligatorio iPod, retoño notable de aquel modesto prototipo presentado por Saehan en marzo de 1998. Comparémoslos.


Cuando salió a la venta en los Estados Unidos, a mediados de 1998, el MPMan F10 costaba 250 dólares. Hoy, en ese país y con ese dinero es posible comprar un iPod classic con disco interno de 80 gigabytes y pantalla a color de 2,5 pulgadas. Mientras que en el MPMan cabían 8 canciones, en este iPod se pueden guardar unas 20.000.

Y la comparación no es justa... con el iPod. Porque 250 dólares de 1998 serían más de 320 de hoy, con lo que se podría uno comprar un MP3 con capacidad para 40.000 canciones.

En total, aquella idea que en 1998 flotaba en el ambiente tecnológico sin llegar a cuajar, que vio la luz gracias al tesón de algún ingeniero de una pequeña compañía coreana y que fracasó sin hacer ruido mucho antes de que entráramos en el siglo XXI, antes incluso de que naciera Napster -el pionero de las descargas de música de Internet-, esa simple idea se transformó en uno de los negocios más formidables de la era, tanto que ha puesto en tela de juicio al disco compacto y los métodos tradicionales de comercialización de música grabada.

Millones para Apple


El gran ganador, Apple, ha vendido más de 140 millones de iPod y su sitio de música MP3 en Internet ya ha despachado 3000 millones de canciones, a razón de 0,99 dólares la unidad.
Y lo que es todavía más asombroso, considerando la humildad de su antepasado, los MP3 son hoy una costumbre tan arraigada como lo fue en su momento (parece que pasaron siglos) el walkman .

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/

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